El amaranto es uno de los cultivos más antiguos de América y probablemente de la humanidad. Los primeros datos que se tiene de ella es de hace casi 10 mil años, algunas de las primeras muestras arqueológicas fueron halladas en Tehuacán, Puebla, y datan del año 4000 a. C. Los investigadores ubican su origen en América central y América del sur.

Los mayas fueron quizá los primeros en utilizar el amaranto y lo conocían como xtes, y era considerado por su calor alimenticio; en cambio los mexicas lo ligaban con ritos religiosos.

La palabra amaranto viene del griego y significa "planta que no se marchita".

Esta generosa semilla era utilizada por nuestros ancestros mexicas para realizar transacciones, se le consideraba sagrado porque resistía a las sequías, además proporcionaba vigor por lo que era consumido por los guerreros para incrementar su fuerza. Se relacionaba con el sol por su color rojizo 

Durante las festividades religiosas, las mujeres aztecas molían las semillas de amaranto, las mezclaban con miel o melaza y la sangre de las víctimas de algún sacrificio para formar una pasta llamada tzoalli, con la que formaban estatuas de dioses como Coatlicue o Huitzilopichtli, deidades que así personificaban para sacralizar "su carne" y consumirla con gran reverencia. Ritual parecido a la eucaristía católica. 

Las plantas de amaranto quedaron en el olvido pero siguieron creciendo hasta que hace mas de 50 años se intensificó su consumo y se retomó por su gran valor alimenticio. La manera más común en la que se volvió a consumir  fue gracias al dulce típico llamado alegría, cuya preparación se deriva del tzoalli. En cuanto a sus propiedades alimenticias, el amaranto constituye una gran fuente de aminoácidos como la lisina, además de tener vitaminas A, B,C B1, B2 y B3; ácido fólico , calcio, hierro y es muy útil para aumentar el consumo de proteínas de origen vegetal.

Se considera asimismo una excelente fuente de Hierro (superior a las espinacas, así como Zinc y Selenio que estimulan el sistema inmunitario.

Por eso y más el amaranto ha sobrevivido por tantos años para siempre sorprendernos con sus propiedades.