A • Letras

Estuve muerto.

0622daf52b81ff326b89bc09c6a2c494

 

“Miguel, abre los ojos… Miguel” Esa voz, esa melodiosa voz que aclamaba porque mis ojos se abrieran no era suficiente, al menos no esta vez “Por favor, mi amor… ábrelos” pero no pude, su suplicas fueron inútiles. 

“¡Miguel! ¡Basta! ¡Abre los malditos ojos!” Enojada, esa voz estaba enojada y yo quería abrir los ojos pararme y callarla con un beso, algo que sabía podía calmarle el peor de los enojos pero mi cuerpo no reaccionaba, me sentía cada vez más débil. 

“Mi amor… te extraño tanto” Oh mi cielo, yo también te extraño, se que me acaricias cada vez que me dices eso pero no puedo sentirlo, solo escucho tu voz… por favor no pares de hablarme que es lo único que me mantiene vivo. 

“Lo recomendable es que te desconectemos ¿Sabes? Pero no lo haré, no me voy a dar por vencida, no por ti porque sé que tu no lo harías conmigo” Me daba calma escuchar eso esa voz que me tenía tan enamorado pero una parte de mí sabía que no iba a poder despertar, cada vez la escuchaba más lejos. Joder, como extrañaba a Gabriela, extrañaba tocarla, sentir su cuerpo contra el mío, ese calor que creaba un abrazo suyo o el cosquilleo cuando me daba un beso en la mejilla y besar sus labios, demonios… no sabes lo que daría por un beso tuyo Gabriela.

Ya no escucho su voz, hace mucho que dejé de escucharla. Sé que las visitas de su parte fueron siendo menos hasta que ya no la escuché más; de vez en cuando escucho como los doctores dicen que deberían hacer algo conmigo, que no entendían como era que seguía vivo para ellos era un vegetal y creo que para Gabriela una carga o un recuerdo. Tal vez ya estaba muerto para ella pero su recuerdo seguía firme en mi mente. 

-¿Miguel?- Mis ojos se abrieron de poco en poco. La luz entro de golpe lastimándolos por lo que una queja surgió de mis labios ¡Esperen! ¿Estoy despierto?- Necesito que intente decirme algo… 

-¿Qu..qué? – Traté de incorporarme pero no pude, mi cuerpo se sentía ligero, tan ligero que me asustaba pero empezaba a ver con más claridad el cuarto de hospital, frente a mi se encontraba una enfermera y una doctora que no reconocí, eran nuevas, estaba seguro de que lo eran ¿Cuánto tiempo estuve dormido?. Sus miradas eran expectantes, curiosas, asombradas- ¿D…dónde estoy? ¿Dónde esta Gabriela? -Miguel, necesito que me escuches… 

-¿Cuánto tiempo estuve así? – Era consiente de que había estado en coma, no tenían que mentirme, sabía lo que pasaba porque yo solía trabajar ahí- Díganmelo… ¡Ahora! 

-5 años, ya han ido a marcarle a su familia… debemos hacerle más pruebas.

 Mierda, 5 jodidos años y lo primero que veo al despertar es a ellas dos porque era evidente que para los demás estuve muerto.