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Cambiantes V

Eva3

 

Entramos a una tienda de ropa para cambiarnos rápidamente, al salir a la calle Jordi me volvió a tomar de la mano como si nada estuviera pasando.

-¿Cómo estuvo tu día, cielo?

-Estuvo tranquilo… ¿El tuyo?

-El trabajo es un fastidio en verdad pero me alegra mucho tener este tiempo contigo, supongo que debo agradecerle un poco eso

-Creo que yo no, todo sería más fácil si renunciaras ¿No crees?

-Es lo que pretendo, lo sabes

-No vamos por tan buen camino – Jordi se detuvo en seco y paro a un taxista abriéndome la puerta, cuando me subí identifiqué de inmediato al que iba manejando se trataba de su mejor amigo Ramiro.

-¿Tienes todo listo, Rami?

-Te esta esperando el coche a las afueras de la ciudad con las identificaciones, los teléfonos nuevos, el dinero y los pasaportes falsos

-Espera… ¿Qué? ¿Cómo qué pasaportes falsos?- Suspiré para calmarme, cuando nos fuéramos me comunicaría con mi familia para explicar de alguna manera todo lo que estaba pasando pero por el momento como había dicho Jordi si quería sobrevivir tenía que salir del embrollo en el que me había metido.

-Muchas gracias, Ramiro, en serio- Al bajarse del taxi en las afueras de la ciudad, Jordi le dio un abrazo a Ramiro al tiempo que este le daba las llaves del otro auto.

-Espero que lo cuides bien, Farah.

-Lo haré, Rami, no te preocupes – Subió al auto y nosotros hicimos lo mismo- ¿A dónde iremos?

-Perú ¿Estás lista?

-No, pero ese nunca ha sido un problema conmigo

-Tienes razón, Farah, antes de irnos no tienes una idea de cuanto siento haberte arrastrado a todo esto, no pensé que  nuestra relación se hiciera tan fuerte, no pensé enamorarme de una manera tan intensa de ti como lo hice pero si de algo estoy seguro es de que quiero pasar el resto de mis días contigo así tenga que enfrentarme a todo el mundo.

-Solo arranca Jordi

-Farah, necesito que me perdones, tal vez nunca volvamos

-Arranca

Y así lo hizo, no hubo más platica en el camino, el ambiente era intenso e incomodo, en el interior quería hablar, decirle cuanto lo había extrañado y que yo también quería pasar el resto de mis días con él pero la verdad era que no quería hacerlo de esta manera; alejarme de todo y de todos en algún momento estuvo en mis planes pero no así, nunca así.

-¿Tienes hambre?

-La verdad es que si

-En la siguiente parada de hotel que veas descansaremos ahí, deberíamos estar seguros ya

-No creo que volvamos a estar seguros nunca

-Ni yo, Farah, ni yo.

Continuación...