Los hipopótamos matan animales con su caca, ¿lo sabías? #Sabíasque

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Durante un tiempo, en la zona del río Mara que hace frontera entre Kenia y Tanzania, los investigadores se dieron cuenta de algo extraño: agrupaciones de peces muertos de una pieza en la orilla, lo que hacía indicar que no eran víctimas de cocodrilos o hienas. Resulta que los hipopótamos tienen la culpa.

Es posible que asfixiarse debido a unas heces sea una de las formas más desagradables de morir, pero eso es exactamente lo que le sucedía a estos peces en el río Mara africano. Y no solo solo una vez, sucede repetidamente.

El fenómeno se investigó cuando los investigadores notaron que los peces muertos a veces se quedaban en las orillas cuando el río se elevaba debido a la lluvia. A través de una serie de pruebas que tomaron varios años para completarse, pudieron identificar al autor “letal”: las piscinas fecales de los hipopótamos. 

Llevó nada menos que tres años de observaciones monitoreando la química del agua desde 171 “piscinas” de hipopótamos y el resto del río. Debido a que los hipopótamos pueden ser peligrosos para los humanos, tuvieron que usar unos botes de control remoto que llevaban sensores para probar dichas piscinas.

Cuando los hipopótamos defecan, sus heces se hunden en el fondo del río. A medida que las masas de caca se descomponen, las bacterias que lo devoran también consumen el oxígeno en el agua, como resultado de ello lo desoxigenan. Además, la actividad microbiana produce productos químicos como el amonio, el sulfuro de hidrógeno, el metano y el dióxido de carbono, y los primeros dos son potencialmente tóxicos para los peces.

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Este estado de las cosas está bien cuando el agua se queda en las regiones de las piscinas de hipopótamo del río. Sin embargo, se convierte en un gran problema cuando las fuertes lluvias producen flujos de agua que lavan este tipo de agua anóxica río abajo, en hábitats de peces. Entonces, la afluencia repentina de agua empobrecida en oxígeno puede causar hipoxia temporal, y las heces aún en descomposición continúan consumiendo oxígeno donde termina, lo que provoca que se asfixien.

Los investigadores documentaron durante esos tres años 55 flujos de descarga en los que el caudal del río aumentó al doble de su velocidad normal. De estos, notaron disminución de oxígeno en 49, y el oxígeno cayó lo suficientemente bajo como para matar a los peces hasta 13 veces.

Con todo, el proceso es natural, de hecho, el equipo concluye que además de limpiar el río, los flujos de agua que matan a los peces proporcionan una fuente de alimento para otros animales que viven en la zona, como aves y cocodrilos, “un sistema que ofrece una ventana al pasado ilustrando cómo los ecosistemas podrían haber funcionado antes del impacto humano”.